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Un 19 de marzo pero de 1915, se tomaba la primera fotografía del objeto astronómico que posteriormente se conocería con el nombre de Plutón.

Aunque, recién en 1930 Plutón pasaría a ser el noveno planeta del Sistema Solar, desde finales de siglo XIX ya se lo estaba buscando.

 

¿Por qué los astrónomos lo buscaban con sus telescopios si aún no se sabía de su existencia?

¡Esto no parece tener sentido!

Lo que los astrónomos habían observado era que el movimiento del planeta Urano a lo largo de su órbita mostraba algunas variaciones, entonces interpretaron que estas perturbaciones debían ser causadas por algún otro cuerpo celeste de magnitud importante más allá de Neptuno. 

Con el objetivo de encontrar al responsable de estos efectos, que suponían eran provocados por un planeta aún no descubierto, existieron diferentes campañas de observación y registros del cielo, como las de Percival Lowell, un adinerado bostoniano que fundó el Observatorio Lowell en Flagstaff, Arizona. Desde este observatorio a partir de 1894, comenzó un extenso proyecto hasta 1916, en búsqueda del posible noveno planeta, al que denominaron «Planeta X».

En este contexto, Percival Lowell y su observatorio habían capturado dos imágenes tenues del «Planeta X» el 19 de marzo y el 7 de abril de 1915, pero no fueron reconocidas como fotografías de Plutón sino hasta muchos años después.

 

En agosto de 2006, la Unión Astronómica Internacional (IAU) cambió el estatus de Plutón al de «planeta enano». Esto significaba que desde ese momento en adelante solo los planetas rocosos del Sistema Solar interior y los planetas gigantes gaseosos del Sistema Solar exterior serían designados como planetas.

Pero ¿qué es esto de Sistema Solar interior y exterior?

El «Sistema Solar interior» es la región del espacio que es más pequeña que el radio de la órbita de Júpiter alrededor del sol. Contiene el cinturón de asteroides, así como los planetas Mercurio, Venus, la Tierra y Marte (en este orden a partir del Sol). Los planetas «gigantes gaseosos» son llamados asi porque mayoritariamente constituyen una enorme masa de gases. Estos planetas son Júpiter, Saturno, Neptuno y Urano.

Asi es que ahora tenemos ocho planetas en lugar de los nueve que solíamos tener.

Una curiosidad histórica; en la antigüedad el número 7 tenían un carácter “mágico” y ello era debido a que siete eran los sabios de la antigua Grecia, siete eran los metales conocidos y siete eran los cuerpos celestes conocidos además de la Tierra: el Sol, la Luna y los planetas Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno (¡tan solo seis planetas!).

Y otra curiosidad es que por aquellas épocas a los planetas no se los llamaba de este modo sino “estrellas errantes”, porque eran las únicas que cambiaban de posición a lo largo del tiempo, mientras que las “estrellas fijas”, que formaban las constelaciones, no lo hacían.

Fuentes:

https://www.loc.gov/everyday-mysteries/item/why-is-pluto-no-longer-a-planet/

https://www.iau.org/static/resolutions/Resolution_GA26-5-6.pdf

https://www.iau.org/public/themes/pluto/

 “Temas de historia de la Química”, de Miguel Katz, Ed. Asociación Química Argentina, 2016.