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Debido al avance del covid-19, el mundo completo parece haberse detenido, las cosas como las conocemos han cambiado. El aislamiento produce que las calles estén particularmente vacías, las personas se recluyen en sus casas, la ciudad ya no parece la misma, han parado su funcionamiento, escuelas, teatros, comercios y distintos sitios de reunión. Nuestras condiciones de vida se han transformado abruptamente, la realidad nos sorprende y nos propone nuevos desafíos. No solo en las maneras de vincularnos y de pensarnos colectivamente, sino también en los modos de trabajar, obligándonos a ser aún más creativos y a generar nuevas estrategias. Esta situación muchas veces logra abrumarnos y quizás aburrirnos, pero puede ser una excelente momento para producir, crear y llevar a cabo nuevos proyectos.

 

Nos es posible comparar esta situación, con la que tuvo que vivir el famoso dramaturgo, poeta y actor inglés William Shakespeare​ (1564-1616), el cual transitó por un periodo de gran producción artística en el contexto de la peste que azotó a Londres a finales del Siglo XVI. Permitiéndole escribir diferentes obras de teatro y poemas, en un contexto relativamente similar al que estamos viviendo en la actualidad.

Con la diferencia que él no solo pasó una, sino dos grandes epidemias que lo obligaron a modificar sus modos de trabajo y a producir sus obras artísticas, recluido en su casa. Siendo este, un periodo muy fructífero a pesar de las circunstancias extraordinarias. Hay que recordar que por aquel entonces las epidemias eran más comunes, de lo que son hoy en día y cada tanto, distintos sectores de Europa se veía en situación de pandemia, generando contagios masivos entre sus ciudadanos.

 

La última de estas, es recordada como la Gran Peste, llegando a matar a unas 100.000 personas, es decir gran parte de la población de Londres. Los especialistas consideraban que dicha peste era originada por la bacteria Yersinia pestis, que generalmente se transmite a través de la picadura de una pulga de un roedor infectado (habitualmente ratas)  o mediante la tos y el aliento de una persona portadora del virus, el modo de transmisión era muy veloz, generando problemas pulmonares.

 

Esta situación produjo que toda actividad social y teatral deba suspenderse, los actores y compañías que contaban con los recursos, se trasladaban a pueblos y ciudades vecinas, para seguir realizando su actividad y sobre todo para resguardar su salud y el de los espectadores. En esta situación de peste no se permitían reuniones, ni aglomeraciones, mucho menos asistir al teatro, por el alto riesgo a contagio.

¿Les suena conocida esta historia? A pesar de la reclusión obligatoria, William Shakespeare​ continuó su producción artística, inspirado seguramente por su gran cantidad de tiempo libre, dedicándole casi todas las horas del día a hacer lo que mejor sabía: escribir.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la primera peste (1592-1594) se dedicó a escribir poesía no pensada estrictamente para su representación, como por ejemplo: Venus y Adonis; La violación de Lucrecia y también los Sonetos.

En la segunda peste, de la cual se tiene registro de su inicio en el año 1605, va a crear clásicos de la literatura mundial como son El Rey Lear, Macbeth y Antonio y Cleopatra. 

Las dos primeras son consideradas por los críticos como obras sublimes del dramaturgo inglés. Convirtiéndose con el paso del tiempo en memorables obras maestras del arte. 

Por lo tanto no nos resulta extraño que en las obras que escribió después de esa pandemia, las metáforas, alusiones y  referencias a la enfermedad abunden, muchas veces marcando el ritmo de la historia, característica que se ve implicada en el desarrollo de los  personajes.

Para esa época, W, Shakespeare ya era un actor y dramaturgo reconocido en el ámbito local, sobre todo porque  ya había escrito guiones de obras, que luego se harían muy famosas como Hamlet y  Romeo y Julieta. La situación de epidemia,  le permitió  escribir en un mismo año (1605) dos tragedias (Rey Lear y Macbeth), que posteriormente se, convirtieron en obras maestras.  

Resulta imposible pensar que hubiese pasado si Shakespeare fuese contemporáneo nuestro y le tocará vivir en tiempos de covid-19 ¿Hubiera sido posible escribir dos de los más grandes guiones teatrales de todas las épocas? Seguramente que no hubiese tenido tanto tiempo libre, entre home office, celulares, redes sociales y demás distracciones que componen a la vida contemporánea, pero resulta interesante imaginárselo, por lo menos el aventurarse en preguntas, poner en funcionamiento una serie de supuesto, que hubiese pasado si…. Por lo pronto, podemos imaginar que quizás esta pandemia, sirva para inspirar a algunos escritores y a distintos artistas  a crear sus obras, que seguramente no serán como Shakespeare, ya que este fue y será una mente única.

 

 

Rey Lear

 En Rey Lear, W. Shakespeare cuenta la historia del rey de Bretaña, que al llegar a la longevidad, toma la decisión de pasar su poder y sus tierras a dos de sus tres hijas, Gonerilda y Regania. Pero la tercera (Cordelia, la más chica), insultada por la falsedad de sus hermanas, es desheredada. Entonces, Lear decide otorgarles su reino a los duques de Albania y de Cornualles, los esposos de Gonerilda y Regania, respectivamente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Macbeth

Macbeth es otro de los grandes clásicos de Shakespeare, una tragedia que cuenta con cinco actos, aclamada por la crítica y de gran reconocimiento por el público. Macbeth y Banquo son generales de Duncan. El rey de Escocia, Al regresar de una victoria contra los rebeldes, se encuentra con tres brujas que profetizan que Macbeth será primer barón de Cawdor y luego se convertirá en el rey de Escocia.

 

 

Representación Moderna de Macbeth, realizada en Formato opera por el director Giuseppe Verdi Macbeth es otro de los grandes clásicos de Shakespeare, una tragedia que cuenta con cinco actos, aclamada por la crítica y de gran reconocimiento por el público. Macbeth y Banquo son generales de Duncan. El rey de Escocia, Al regresar de una victoria contra los rebeldes, se encuentra con tres brujas que profetizan que Macbeth será primer barón de Cawdor y luego se convertirá en el rey de Escocia.

 

 

Antonio y Cleopatra 

Marco Antonio –uno de los triunviros de Roma, junto a Octavio César y Lépido– abandonó sus deberes como soldado después de ser seducido por la reina de Egipto, Cleopatra. Ignoró los problemas domésticos de Roma, incluyendo el hecho de que su esposa, Fulvia, se rebeló contra Octavio y luego murió.

Pehuen Olea. Licenciatura en Teatro UNC

 

Fuentes