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El 21 de marzo de cada año se conmemora el día internacional de los bosques, declarado así por la Asamblea General de las Naciones Unidas, para rendir homenaje a la importancia de todos los tipos de bosques y generar conciencia al respecto. 

Los bosques cubren un tercio de la superficie terrestre y son fundamentales para la vida del planeta y quienes lo habitan. Actualmente en Argentina, existen más de 1700 pueblos originarios que dependen directamente de ellos para su sustento, ejerciendo un papel elemental en la erradicación de la pobreza. Aun viviendo en una de las grandes capitales del mundo, nuestra supervivencia depende de ellos. ¿Cómo? por ejemplo, muchos de los compuestos químicos utilizados en la farmacia se obtienen de las plantas (sin ir muy lejos, la aspirina proviene de las hojas del Sauce); el agua puede salir de nuestras canillas aun en los meses de sequía, porque la tierra con raíces absorbe el agua de lluvia, evitando que ocurran grandes inundaciones esporádicas y asegurando que sea liberada gradualmente a los ríos y diques colectores; el aire es filtrado continuamente por los bosques, permitiendo que no respiremos la gran parte de gases nocivos que liberan las industrias, el ganado o los transportes a base de combustibles fósiles. Y así, los ejemplos podrían continuar.

Demasiado preciosos para perderlos

Desde un punto de vista biológico, son los ecosistemas terrestres más diversos, albergando más del 80% de la biodiversidad del planeta. Predominantemente, se componen por diversas especies vegetales, acompañadas por poblaciones de otros organismos pertenecientes a los diferentes grupos de seres vivos. Sin embargo, no son sólo un conglomerado de especies, sino que las relaciones que se generan entre ellas (incluso con los seres humanos) y con los componentes abióticos, también forman parte de los bosques y ayudan a mantener su equilibrio dinámico.

Si bien cuando se piensa en un bosque se recuerda el típico paisaje de pinos, existen de una gran variedad, con diferentes formaciones vegetales, alturas, colores, distribuciones y especies que los integran. Sólo en Córdoba, Argentina, se encuentran cuatro tipos principales de bosques nativos: Bosques Chaqueños de Planicie, Bosque Chaqueño Serrano, Bosque del Espinal y Bosques de Altura. En cada uno se albergan diferentes clases de seres vivos que, sumado al clima y geografía que ocupan, le otorgan sus improntas particulares.

Sin embargo, los bosques que se conocen actualmente no fueron siempre así.  A lo largo del tiempo han ido variando, no sólo su características y especies que lo conforman, sino los territorios que ocupan. El movimiento de placas tectónicas no es el único responsable sino que existe una gran conexión entre los bosques y el cambio climático global. Estudios recientes de CONICET revelan que hace aproximadamente 40 millones de años, durante el Eoceno, el aumento drástico de las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera, provocó un importante cambio climático que implicó un aumento significativo en la temperatura del planeta. Si bien la ubicación de los continentes era muy similar a la actual, el hielo en los polos desapareció y la diversidad de especies, así como su distribución a nivel global, se vió modificada. Por ejemplo, el sur de la Patagonia se parecía más a una selva que al típico paisaje agreste contemporáneo. El incremento en la temperatura permitió que a las plantas autóctonas se le sumaran otras migrantes de los trópicos, aumentando su diversidad un 40 por ciento. Actualmente se está dando un escenario de calentamiento global similar, aunque aún de una intensidad menor, por lo cual, conocer y comprender lo que ocurrió en el pasado puede servir para prever qué puede suceder en un futuro.

Si los bosques emitieran WiFi todos plantarían árboles. Lástima que sólo producen el oxígeno que respiramos. 

Actualmente, pese a su importancia y los innumerables servicios ecosistémicos que nos brindan, los bosques atraviesan graves problemáticas que ponen en peligro su estabilidad y permanencia. La invasión de especies exóticas, la deforestación por el avance descontrolado de la frontera agropecuaria y urbana, los incendios recurrentes, entre otras presiones, continúan a un ritmo sin precedentes. Un bosque degradado significa un riesgo no sólo en el bienestar social y desarrollo económico, sino también en la supervivencia de todas las especies que habitamos el planeta. Es por ello que cada vez que se celebra el Día Internacional de los Bosques, se pretende concientizar sobre su importancia y alentar a los países a adoptar iniciativas en el plano local, nacional e internacional para la organización de actividades relacionadas con la conservación de sus bosques.