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6 minutos de lectura

Un nuevo test predice el envejecimiento biológico

El artículo CheekAge, a next-generation epigenetic buccal clock is predictive of mortality in human blood publicado en octubre del 2024 en la revista Frontiers in Aging confirma que la herramienta CheekAge permite calcular de manera precisa la edad biológica de las personas y además, predecir el riesgo de mortalidad. 

La edad cronológica versus la edad biológica

Los hábitos y formas de vida pueden impactar en la forma en que se envejece. Factores como el ejercicio semanal, la calidad del sueño, la dieta, el nivel de estrés, el consumo de tabaco, la ingesta de alcohol y el índice de masa corporal actúan como moduladores del proceso de envejecimiento. 

Algunas personas no aparentan la edad que tienen. Esto se debe a que, además de la edad cronológica, que corresponde a la cantidad de años vividos, existe una edad biológica o epigenética, que refleja el estado real de las células y de los tejidos.

Hoy en día los científicos han identificado señales específicas denominadas marcas epigenéticas que ayudarían a determinar la edad epigenética. 

La conexión entre estilo de vida y envejecimiento: la edad epigenética

Los seres vivos poseen material genético conocido como ADN. El ADN contiene las instrucciones necesarias para que las células del cuerpo funcionen; algo parecido a cómo las palabras contienen la historia en un libro.

Siguiendo la analogía, cada célula contiene el mismo «libro» (ADN), pero no todas leen las mismas páginas en todo momento. 

Con el paso del tiempo, las células acumulan cambios que reflejan el «desgaste biológico». Lo que se conoce como edad biológica o epigenética

Los científicos pueden medir esta edad biológica observando pequeños cambios químicos en el ADN conocidos como metilación. 

La metilación del ADN es un proceso en el que se añaden pequeños grupos químicos, los grupos metilo, a partes específicas del ADN. Marcas en el ADN (Figura 1). 

Cuando una parte del ADN está metilada o marcada, es como si estuviera «cerrada» o bloqueada, y la célula no puede leer esa información. 

Es decir que, estas marcas no cambian las palabras del libro del ADN, sino que producen interpretaciones distintas.  Estos cambios se deben a factores como el estrés, la dieta, la contaminación, entre otros. 

Figura 1

Esquema simplificado donde se representa la diferencia entre un fragmento de ADN sin metilar y metilado. Los grupos metilos se representan con los círculos de color azul. 

Fragmento de ADN sin metilar y metilado.

Nota. Adaptado de “Genética y Epigenética para el análisis de los fenotipos en ornitología deportiva” (p. 43), por R. Martínez-Espinosa, 2020, Genética.

¿Qué dicen las células de las mejillas?

En los últimos años, los científicos han desarrollado varios relojes epigenéticos que, a partir de muestras de células sanguíneas, analizan regiones específicas de ADN metilado con el objetivo de calcular de manera precisa la edad biológica. 

Sin embargo, estos relojes presentan limitaciones, ya que no logran predecir con exactitud el riesgo de mortalidad y dependen de muestras de sangre, un método más invasivo y difícil de obtener.

Recientemente, investigadores de Estados Unidos han creado CheekAge, un nuevo reloj epigenético que utiliza células del interior de la mejilla, más fáciles de recolectar, para calcular la edad biológica. 

Este reloj utiliza más de 200 000 sitios de metilación del ADN para producir una estimación de la edad epigenética incluyendo una variedad de factores de estilo de vida y salud, como el ejercicio semanal, calidad del sueño, dieta, estrés, estado de fumador, consumo de alcohol e índice de masa corporal. 

Lograron correlacionar hábitos que favorecen la salud con una menor diferencia entre la edad epigenética y la cronológica. 

En contraste, comportamientos menos saludables, como el consumo excesivo de alcohol, mostraron una mayor diferencia en esta brecha de edad.

Sin embargo, la capacidad de este reloj para estimar la mortalidad no había sido evaluada hasta ahora. 

En este estudio, Shokhirev y su equipo utilizaron técnicas de programación estadística para analizar su precisión en la predicción del riesgo de muerte. 

El estudio se llevó a cabo con 1 513 participantes (712 hombres y 801 mujeres) entre 1921 y 1936, quienes fueron seguidos a lo largo de su vida por el programa Lothian Birth Cohorts (LBC) de la Universidad de Edimburgo y cada tres años se extraían muestras de sangre para analizar 4 501 000 sitios de ADN metilado. 

Confirmaron que el reloj no solamente es capaz de predecir la mortalidad sino que además, es capaz de  estimar la probabilidad de desarrollar enfermedades relacionadas con el envejecimiento. 

Este reloj epigenético fue diseñado para utilizar células de la mejilla. 

Sin embargo, las predicciones realizadas a partir de muestras de sangre eran también precisas, lo que sugiere que existen señales comunes de mortalidad en distintos tejidos. 

¿Por qué es importante?

Conocer nuestra edad biológica tiene implicancias significativas. Este indicador puede servir como una alerta para realizar cambios en nuestro estilo de vida, como optimizar la alimentación o reducir el estrés.

Además, esta información permite a los médicos tomar decisiones más informadas sobre la salud de sus pacientes y diseñar tratamientos personalizados que ayuden a prevenir enfermedades antes de que se manifiesten (Figura 2). 

En este sentido, herramientas como CheekAge podrían integrarse en los chequeos médicos de rutina, facilitando una comprensión más profunda de nuestro proceso de envejecimiento y ayudándonos a mejorar nuestra salud y calidad de vida. 

Figura 2

Científicos trabajan en un laboratorio

Cientificos mirando un microscopio.

Nota. Adaptado por Plaza Cielo Tierra de Laboratorio [Fotografía], 2020, Pexels (https://bit.ly/40VVBUR). CC0.

Referencias

Shokhirev, M. N., Torosin, N. S., Kramer, D. J., Johnson, A. A., & Cuellar, T. L. (2024). CheekAge: a next-generation buccal epigenetic aging clock associated with lifestyle and health. GeroScience, 46 (3), 3429–3443. https://doi.org/10.1007/s11357-024-01094-3.

Shokhirev Maxim N., Kramer Daniel J., Corley Janie , Cox Simon R., Cuellar Trinna L., Johnson Adiv A. (2024).  CheekAge, a next-generation epigenetic buccal clock, is predictive of mortality in human blood. Frontiers in Aging, 5. https://doi.org/10.3389/fragi.2024.1460360.

Duan, R., Fu, Q., Sun, Y., & Li, Q. (2022). Epigenetic clock: A promising biomarker and practical tool in aging. Aging research reviews, 81, 101743. https://doi.org/10.1016/j.arr.2022.101743

 

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