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Sputnik I: inicia la era espacial

En la mañana del 4 de octubre de 1957 el mundo recibió una de las noticias más impactantes del siglo XX. Por primera vez en la historia se había logrado lanzar un objeto al espacio exterior: el Sputnik I.

La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U. R . S. S.), que aún estaba conformada por 15 repúblicas confederadas, estuvo a cargo de la creación y lanzamiento de ese primer satélite artificial terrestre.

A decir verdad, el Sputnik I, una máquina imple pero poderosa, cambió el mundo para siempre, marcando el inicio de la exploración espacial.

Nuevos proyectos

El acontecimiento abrió el camino para pensar en la posibilidad de enviar a un primer ser humano al espacio. Los primeros en lograrlo fue  la URSS en 1961 con Yuri Gagarin.

Ocho años después, en 1969, Estados Unidos llegaría a la Luna.

Ambos fueron hitos fundamentales.

Se observa una imagen de Sputnik I.

Imagen del Sputnik I, el satélite que dio inicio a la exploración espacial.

El Sputnik I pesaba 83,6 kilogramos, su estructura estaba constituida por una esfera de aluminio de unos 58 centímetros de diámetro y contaba con cuatro largas antenas. Dos de ellas tenían una longitud de 2,4 metros y las otras dos, de 2,9.

Contaba con sensores en su interior que medían la temperatura interior y exterior del satélite. Además poseía una fuente de energía eléctrica y un transmisor de radio que operaba en los 20,007 y 40,002 MHz.

Los instrumentos en el interior del Sputnik I proporcionaron información para realizar diferentes experimentos sobre la densidad de las capas más altas de la atmósfera y sobre la propagación de ondas de radio en la ionosfera. En concreto: permitieron codificar la temperatura y la presión utilizando los sonidos que el satélite artificial emitía por la radio.

Lanzamiento

El Sputnik I se lanzó desde el Cosmódromo de Baikonur construido cerca de la localidad de Tiuratam (Kazajistán). La mayor y más antigua base espacial del mundo. Situada a 2 500 kilómetros de Moscú. 

Su lanzamiento fue a hecho a bordo de un cohete R-7 Semiorka que logró exitosamente colocarlo en órbita alrededor de la Tierra.

El cohete contaba con un módulo central de 26 metros de longitud y pesaba 7,5 toneladas. También estuvo en órbita, y al igual que el Sputnik, podía verse a simple vista desde la Tierra (bajo el cielo nocturno).

Se observa el montaje del cohete soviético R-7 Semiorka.

Montaje del cohete que pondría en órbita al Sputnik I: R-7 Semiorka.

Cuando las baterías del Sputnik I se agotaron, el satélite siguió orbitando la Tierra  pero inactivo hasta que el 9 de diciembre de 1957, su órbita se degeneró y cayó desde los 947 kilómetros hasta los 600.

Finalmente, 92 días después de su lanzamiento cayó a la superficie terrestre, prendiéndose fuego después de haber dado 1 400 vueltas a la Tierra y de haber recorrido 70 millones de kilómetros. 

Breve memoria

El Sputnik I fue el primero de miles de objetos que se enviarían al espacio.

Asimismo, su lanzamiento inicio la  carrera espacial, marcada por la competitividad en la investigación, el desarrollo y la técnica entre los E. E. U. U. y la U. R . S. S. ambas potencias mundiales de la época.

Un mes más tarde, el 3 de noviembre de 1957, se pondría en órbita el Sputnik II, el primer satélite en llevar un ser vivo, en este caso la perra Laika. Se trataba de una cápsula cónica de cuatro metros de alto con varios compartimentos en donde el animal podía beber agua a través de unos dispensadores y alimentarse

La nave no disponía de un sistema de regreso a la Tierra, por lo que desde un primer momento se sabía que la perrita no regresaría con vida. 

Puede verse una fotografía de Sputnik II.

Fotografía del Sputnik II, satélite que llevaría a la perra Laika al espacio.

Referencias