Un exoplaneta o planeta extrasolar es un cuerpo celeste que orbita una estrella distinta al Sol. O en algunos casos, restos estelares como enanas blancas o púlsares, es decir, remanentes de estrellas.
También pueden encontrarse exoplanetas que orbitan sistemas binarios formados por dos estrellas que, además de estar vinculadas, giran alrededor de un centro de masa común.
Desde el punto de vista astronómico, el término “exoplaneta” se aplica a cualquier planeta que se encuentre fuera de nuestro sistema solar. En tal sentido, la variedad es enorme: hay mundos rocosos como la Tierra y también gigantes gaseosos o helados como Urano y Neptuno.
Figura 1 – HD 20794

Nota. Adaptado de Concepto artístico de una supertierra potencialmente habitable orbitando una estrella llamada HD 20794 {Ilustración} por Plaza Cielo Tierra, 2025, Science Nasa, (https://shorturl.at/6crRx). Dominio Público.
Historia
La idea de que existieran otros mundos alrededor de otros soles fue defendida por el filósofo y astrónomo italiano Giordano Bruno (1548-1600) en el siglo XVI. Sostenía que el universo era infinito, que el Sol era una estrella más entre muchas otras, y que alrededor de las estrellas deberían existir otros mundos.
A pesar de lo adelantadas que eran las observaciones de Bruno, recién a fines del siglo XX la astronomía logró confirmar la existencia de planetas extrasolares.
Se demostró que el sistema solar no era el único sistema planetario en nuestra galaxia, aunque en aquel entonces no se había confirmado la existencia de exoplanetas en otras galaxias, ni siquiera en las más cercanas a la Tierra, como las Nubes de Magallanes o Andrómeda.
Desde entonces y hasta la fecha se han confirmado más de 5 500 exoplanetas.
Por qué estudiar exoplanetas
La búsqueda de exoplanetas posee una enorme relevancia científica. Permite responder preguntas sobre el origen de los sistemas planetarios y sobre la frecuencia de la existencia de mundos potencialmente habitables en nuestra galaxia. Además plantea la posibilidad de saber si estamos solos en el universo y en cuáles de dichos mundos podría existir vida.
Los primeros exoplanetas se descubrieron en 1992 alrededor de un púlsar, un remanente estelar que emite pulsos regulares de radiación, que permite que se detecten variaciones muy precisas en el tiempo de esos pulsos.
En 1995 Michel Mayor y Didier Queloz anunciaron el hallazgo de 51 Pegasi b, el primer exoplaneta alrededor de una estrella similar al Sol. Es un Júpiter caliente, con masa comparable a la de Júpiter pero que orbita muy cerca de su estrella, alcanzando temperaturas muy altas. Por ese descubrimiento recibieron el Premio Nobel de Física en 2019. El hallazgo abrió el camino a miles de detecciones posteriores mediante distintas técnicas.
Técnicas de detección
Las técnicas de detección se han perfeccionado a lo largo de los últimos años.
Destaca la velocidad radial, que mide oscilaciones en la estrella producidas por la atracción gravitatoria del planeta, ya que ambos se mueven alrededor de un centro de masa común. Visto desde lejos, la estrella parece acercarse y alejarse del observador, volviéndose algo más azul cuando se acerca y algo más roja cuando se aleja (efecto Doppler).
Figura 2 – Velocidad radial
The European Space Agency. How to find an exoplanet. https://shorturl.at/naDse
Por otro lado están los tránsitos. Cuando el planeta pasa por delante de la estrella su brillo disminuye. Ese tránsito se repite en intervalos regulares que corresponden al período orbital.
Figura 3 – Tránsitos

The European Space Agency. How to find and exoplanet. https://shorturl.at/naDse
También se utiliza la imagen directa (u observación directa), que requiere instrumentos muy sensibles para distinguir la luz que el planeta refleja del resplandor de su estrella. Este método ha avanzado con telescopios espaciales como el James Webb Space Telescope, que ha logrado fotografiar exoplanetas como HIP 65426 b en infrarrojo usando coronógrafos y analizar su atmósfera en ese rango.
Entre las técnicas más recientes destacan las microlentes gravitatorias, que aprovechan la alineación de dos estrellas y la desviación de la luz causada por la gravedad de la estrella más cercana, generando un pico característico si hay un planeta.
Figura 4 – Microlentes gravitatorias

The European Space Agency. How to find an exoplanet. https://www.esa.int/Science_Exploration/Space_Science/Exoplanets/How_to_find_an_exoplanet
Finalmente, cabe destacar el uso de inteligencia artificial, como novedad, para revisar grandes volúmenes de datos en busca de señales que pasaron inadvertidas.
Tal como ya hemos mencionado, todas las detecciones confirmadas de exoplanetas se han realizado dentro de la Vía Láctea.
La gran mayoría está en regiones relativamente cercanas al Sol, particularmente en los brazos espirales exteriores debido a que son zonas con mucho menos gas y polvo bloqueando el entorno estelar correspondiente. En consecuencia, espacios donde los telescopios tienen mayor sensibilidad.
Clasificación de los exoplanetas
Los exoplanetas muestran gran diversidad de tamaños, composiciones y condiciones orbitales.
Hay gigantes gaseosos comparables o mayores a Júpiter y Saturno, incluidos los llamados Júpiteres calientes, que orbitan muy cerca de sus estrellas y alcanzan temperaturas elevadas.
También existen planetas tipo Neptuno o Urano con atmósferas dominadas por hidrógeno y helio, y núcleos posiblemente rocosos, miniNeptunos más pequeños que Neptuno pero más grandes que la Tierra, y supertierras, mundos rocosos con masas mayores a la de la Tierra.
Los planetas terrestres en la denominada zona habitable, son particularmente importantes, ya que en ellos podría existir agua líquida. Se han detectado incluso planetas errantes que no orbitan ninguna estrella, así como sistemas con configuraciones muy extrañas que desafían los modelos tradicionales de formación planetaria.