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La percepción de los colores

Los ojos trabajan junto con el cerebro para darnos información sobre el tamaño, la forma, el color y la textura de un objeto. También nos informan sobre su proximidad, si permanece inmóvil o se acerca y la velocidad a la que se mueve.

Cada ojo ajusta constantemente la cantidad de luz que ingresa a través de ellos. Enfoca los objetos cercanos, lejanos y además genera imágenes que se transmiten al cerebro en forma instantánea. Para cumplir con aquellas funciones, la  estructura anatómica y ubicación de los ojos en el cuerpo son muy importantes. 

Clave para comprender la visión

Los ojos están en las órbitas oculares situadas en la parte anterior del cráneo. La ubicación y distancia entre ellos genera una visión binocular. Es decir, trabajan de forma coordinada para percibir una imagen tridimensional del entorno. 

La visión binocular permite percibir la profundidad y la distancia facilitando tareas como leer, conducir y la realización de actividades de precisión.

Se observa una figura de la anatomía de las órbitas oculares.

MNota. Adaptado de Normal anatomy of the human eye and orbit, anterior view {Iustración} por Plaza Cielo Tierra, 2006, Wikimedia Commons, (https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Eye_orbit_anatomy_anterior2.jpg). Patrick J. Lynch, CC0.

Anatomía de los ojos

La estructura anatómica de los ojos tiene varias partes con funciones específicas.

La cubierta exterior del globo ocular es una capa blanca y relativamente dura llamada esclerótica. La luz, en cambio, ingresa al ojo a través de la córnea, la capa transparente y curvada situada delante del iris y la pupila. Esta actúa como protección de la parte frontal del ojo y contribuye a concentrar la luz sobre la retina, ubicada en la zona interior y posterior del globo ocular. Después de atravesar la córnea, la luz llega a la pupila, la abertura circular situada en el centro del iris.

Se observa una figura que detalla las secciones del ojo humano.

Nota. Adaptado de Ojo Humano {Ilustración} por Plaza Cielo Tierra, 2007, Wikipedia Commons (https://es.wikipedia.org/wiki/Ojo_humano). Dominio Público.

La pupila cambia de tamaño para regular la cantidad de luz que ingresa a la retina. La pupila se contrae para reducir la cantidad de luz que ingresa al ojo cuando hay mucha luz en el ambiente, y se dilata en la oscuridad permitiendo que entre más luz. 

Se observa una figura sobre cómo dilatan las pupilas con luz y en la oscuridad.

Nota. Adaptado de Dilatación de las pupilas {Infografía} por Plaza Cielo Tierra, (2025), Instituto Nacional del Ojo de los Estados Unidos, (https://shorturl.at/djKAF). Dominio público.

La contracción o dilatación de la pupila es controlada por los músculos del iris, la parte coloreada del ojo que rodea la pupila. 

Detrás del iris se encuentra el cristalino que cambia de forma para enfocar la luz sobre la retina. El cristalino se vuelve más grueso para enfocar los objetos cercanos y más delgado para enfocar los objetos distantes. 

En el interior del ojo está la retina, un tejido sensible a la luz. Una suerte de “tela” sobre la que se proyectan las imágenes. La luz que incide sobre la retina desencadena una serie de fenómenos químicos y eléctricos que finalmente se traducen en impulsos nerviosos que son enviados hacia el cerebro a través del nervio óptico. 

De conos y bastones

La mácula es la región de la retina responsable de crear una visión central detallada y donde se produce la mayor concentración de fotorreceptores

El resto de la retina es la retina periférica, responsable de la visión periférica o lateral. En la retina se encuentran las células sensibles a la luz (fotorreceptores) llamadas conos y bastones. En ella hay cerca de 6,5 millones de conos y 120 millones de bastones.

Los bastones funcionan principalmente en condiciones de baja luminosidad y proporcionan la visión en blanco y negro. Los conos, en cambio, están adaptados a la presencia de gran cantidad de luminosidad y proporcionan la visión en color.

La retina envía la luz en forma de impulsos eléctricos al cerebro a través del nervio óptico. El nervio óptico se compone de millones de fibras nerviosas que transmiten estos impulsos a la corteza visual, es decir la parte del cerebro responsable de la visión. 

La corteza visual está ubicada en el lóbulo occipital del cerebro. Allí llega la información visual por medio de la cual es posible identificar dónde se encuentran los objetos y de qué objeto se trata.

En concreto, la corriente dorsal permite localizar el objeto respecto al observador, a qué velocidad se mueve y la distancia. Mientras que la corriente ventral permite reconocer el objeto, su forma, color y profundidad a la que se encuentra.

Se observa una figura de las corrientes ventral y dorsal del sistema de procesamiento de información visual.

Nota. Adaptado de Procesamiento de la información visual en la corteza {Ilustración} por Plaza Cielo Tierra, 2017, Wikimedia Commons, (https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ventral_and_dorsal_stream_in_visual_information_processing.png), Vyshedskiy, A., Mahapatra, S. & Dunn R., CC BY 4.0.

¿Cómo se percibe el color?

No es casualidad ver colores. La visión en colores ayuda a recordar los objetos y a activar las emociones asociadas a ellos.

El color de los objetos se debe al reflejo de las longitudes de onda de la luz. Y es el cerebro el que interpreta las longitudes de onda como colores. 

El espectro visible para el ser humano se encuentra entre la luz violeta y la luz roja. 

Cuando la luz incide en un objeto, éste absorbe parte de la luz y refleja el resto que es el que ingresa en el ojo humano. Según qué radiación o longitud de onda se absorba y cuáles se reflejan se aprecian distintos colores.  

Tipos de conos en el ojo humano

Los conos contienen pigmentos o moléculas que permiten la detección del color. Los seres humanos tienen habitualmente tres tipos de conos: tipo L, tipo S y tipo M. Se encuentran en la retina. 

  • Los conos tipo S son sensibles a las longitudes de onda cortas lo que permite la percepción de colores azules. 
  • Los conos tipo M son sensibles a las longitudes de onda medias, lo cual permite la percepción del color verde. 
  • Mientras que los conos tipo L son sensibles a las longitudes de onda largas, lo cual hace posible percibir los colores rojos. 
Se observa la diferencia entre los conos y bastones del sistema visual humano.

Nota. Adaptación de Cono y bastón {Ilustración} por Plaza Cielo Tierra, 2017, Wikimedia Commons (https://short-url.org/1eGWV), Pancrat, CC BY 4.0.

Por ejemplo, si vemos un limón durante el día, la luz reflejada sobre él activa tanto los conos rojos como los verdes. Los conos envían una señal por el nervio óptico hasta el córtex visual en el cerebro, que procesa la cantidad de conos activados y la fuerza de la señal que envían. Tras procesar los impulsos nerviosos, vemos el color, que en este caso sería el amarillo. Sin embargo, en un entorno más oscuro, la luz que refleja el limón estimularía únicamente los bastones, por lo que no veríamos el color, sino únicamente tonalidades de gris.

Constancia perceptiva del color

Nuestra experiencia visual anterior con los objetos también influye en la percepción del color. Es lo que se conoce como constancia perceptiva del color. Dicha constancia garantiza que la percepción del color de un objeto permanezca inalterable en distintas condiciones de iluminación. Si colocásemos el limón bajo una luz roja, probablemente seguiríamos percibiéndolo como amarillo.

¿Cuántos colores ve el ser humano?

El ojo humano puede distinguir aproximadamente 10 millones de colores diferentes ya que los conos en la retina pueden percibir diferentes longitudes de onda de luz y el cerebro interpreta estas señales como colores. No obstante, la percepción del color varía de persona a persona. 

La percepción del color depende del número de conos diferentes presentes en la retina. La mayoría de las personas tienen tres tipos de conos que posibilitan ver los tres colores primarios (verde, rojo y azul) y todas las combinaciones resultantes de estos. Esta condición se conoce como visión tricromática

Algunas personas tienen una percepción menor del color debido a que sólo presentan dos tipos de conos. Esta condición, llamada visión dicromática, se presenta en alrededor del 2 % de los varones y del 0,25 % de las mujeres. 

Sin embargo, también puede suceder que se perciban más colores de lo normal. Este es el caso de una mutación en el gen que contribuye al desarrollo de la retina que produce que haya cuatro tipos de conos Las personas que presenten visión tetracromática, distinguen más variaciones y matices de los que percibe el ojo normal, pueden ver cerca de 100 millones de colores. 

El tetracromatismo es más frecuente en mujeres, ya que la mutación ocurre en el cromosoma X, que los hombres no poseen en doble copia.

Los animales y los colores

La mayoría de los animales, al igual que los seres humanos, son capaces de distinguir ciertos colores gracias a los conos presentes en sus retinas. Según la especie de la que se trate el número de tipos de conos varía haciendo que se puedan distinguir más o menos colores. Entre más tipos de conos haya mayor será la percepción cromática. 

Muchos animales como los perros, los gatos y los caballos poseen dos tipos de conos, por lo que perciben dos de los tres colores primarios, tienen una visión dicromática. Como se describió antes en los seres humanos hay tres tipos de conos. 

Se ha comprobado que los caninos no son capaces de distinguir el color rojo y el verde, lo que significa que su escala cromática se basa en las tonalidades azuladas, amarillentas o grisáceas. En cuanto a los felinos, éstos son capaces de percibir los azules y los verdes e incapaces de distinguir los tonos rojos. Por el contrario, los equinos, distinguen matices azules y rojos. Y los bovinos y caprinos pueden percibir la gama completa de dos colores: el verde y el azul.

Por otro lado, la visión de las abejas es capaz de distinguir la gama que va desde del ultravioleta hasta el azul y verde, pero incapaces de percibir el color rojo. Muchas flores presentan estructuras llamadas guías de néctar que sólo son sensibles a la luz ultravioleta, por lo que constituyen “caminos” que solo ven las abejas y que las lleva hacia el centro de la flor donde está el polen. 

Otro dato curioso es el caso de las salamandras, los pulpos o los hámsteres, que solamente pueden percibir una tonalidad muy parecida al blanco y negro al tener una visión monocromática.

Por lo que se refiere a las aves, son los vertebrados capaces de distinguir una mayor gama colorimétrica (visión tetracromática), lo que les permite ver colores que los humanos no son capaces de percibir. Por ejemplo, aves de presa y rapaces como las águilas o halcones distinguen hasta cuatro colores: rojo, amarillo, verde y azul ya que para localizar sus presas deben poseer una mayor precisión.

El récord de número de conos distintos en los ojos lo tiene el camarón mantis que tiene hasta 16 tipos de conos diferentes, lo cuál les permite ver la luz ultravioleta y la luz polarizada. 

Sin embargo, esto no se traduce en un mayor número de colores sino que los camarones estos fotorreceptores se organizan en diferentes canales de color que detectan y responden a longitudes de onda de luz discretas. No hay mezcla de colores como ocurre en los ojos humanos. Esto lleva a que sólo perciban entre 12 y 16 colores. distintos. 

Referencias

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