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Investigaciones realizadas en las últimas décadas autorizaron a reconsiderar la apariencia, el papel y la importancia que en el siglo V a. C. representó el Partenón. 

Todas ellas demostraron que había existido uso de color y una distinción específica en el tallado de las esculturas para marcar los diferentes materiales de los ropajes de las esculturas del templo de Palas Atenea.

Características que, en adelante, ofrecerán nuevos elementos para que arqueólogos, historiadores del arte y cientistas sociales puedan repensar algunos aspectos de la visión religiosa, política, económica y social de la antigua Grecia.

La acrópolis de la antigua Grecia.

Reconstrucción de la acrópolis de la antigua Grecia, incluido el Partenón. Crédito: Kate Morton.

Últimos estudios con avanzadas técnicas de análisis de imágenes

Ahora bien, investigaciones recientes realizadas sobre esculturas del Partenón que se encuentran en el Museo Británico descubrieron también, y quizás este sea uno de los aportes más novedosos de aquella fuente documental, que los artistas de la antigüedad buscaban representar los distintos tipos de texturas en la indumentaria de las esculturas de los dioses míticos (lana, cuero o lino), variando para ello la técnica y el tipo de instrumento que empleaban.

La investigación publicada también en la edición de junio de 2024 de la revista inglesa Antiquity de la Durham University contó con la participación de científicos del Museo Británico, pero estuvo liderada por el doctor en física especializado en conservación de obras de arte, Giovanni Verri,  magíster también en conservación de pintura mural. 

Figuras del frontón este del Partenón.

Figuras del frontón este del Partenón. Crédito: Museo Británico.

¿Por qué demoró la detección del carácter policromo del Partenón?

La arqueología no pudo descubrir antes del siglo XXI la existencia de colores y tallas en las esculturas y arquitectura del templo de la protectora de la ciudad de Atenas, por varias razones muy concretas.

Por un lado, aún no se habían creado las técnicas de análisis de imágenes apropiadas para obtener aquellos datos. Por otro lado, la pintura raramente sobrevive a la exposición al medioambiente y a la erosión del viento. 

Además, la estructura del Partenón fue empleada para diversos usos e inclusive dañada en el siglo XVII, lo que jugó en contra del nivel de conservación del edificio y de las figuras escultóricas.

Estructuras y bombardeos

A finales del siglo IV, el emperador romano Teodosio I el Grande promulgó el edicto de Constantinopla que prohibió el culto a los dioses «paganos», cualquier ritual pagano e impuso el cristianismo. Entonces el templo de Atenea se transformó en una iglesia cristiana.

Siglos más tarde, a finales del siglo XII, en medio de la larga noche del Medioevo bizantino, el templo de Atenea fue convertido en catedral bizantina devota de la Virgen María.

Luego de más de dos siglos, entre 1204 y 1456, la acrópolis de Atenas estuvo en poder de distintos invasores procedentes de Europa occidental, desde francos a catalanes, para acabar en manos de una familia de banqueros florentinos: los Acciaiuoli. 

Entonces el Partenón dejó de ser una iglesia bizantina para convertirse en una catedral católica.

Poco después, en 1458, los turcos transformaron el templo de la protectora de Atenas en una mezquita.

Y en 1687, el ejército veneciano bajo el general Francesco Morosini asedió la acrópolis ocupada por los turcos, que a su vez habían empleado el templo de Atenea como polvorín.

El 26 de septiembre de ese año los venecianos bombardearon el Partenón y prácticamente lo destruyeron.

La explosión del Partenón en 1687.

La explosión del Partenón en 1687. Grabado aparecido en el libro Attene Atica de Francesco Fanelli, Venecia, 1707. Fotografía del grabado: Cordon Press.

La blancura renacentista

Cuando los artistas del Renacimiento comenzaron a copiar la escultura antigua excavada en Roma y en  otros centros clásicos, lo hicieron sin usar color. De hecho, el modelo de escultura neoclásica era la blancura.

Y fue aquella percepción artística de la época la que posteriormente invitó a los distintos museos a limpiar exhaustivamente las esculturas y arquitecturas que habían formado parte del Partenón.

De tal forma que si acaso hubiesen quedado manchas lejanas de pigmentos naturales, estas se habrían desprendido aún más.

El David de Miguel Angel.

Close up del David del escultor, pintor, arquitecto y poeta del Renacimiento italiano, Miguel Ángel (1475-1564).

Repaso histórico

El Partenón fue un templo encargado por el emperador Pericles a los arquitectos Ictino y Calícrates en honor a la diosa de la guerra, Atenea Pártenos (más conocida como Palas Atenea). Se construyó entre los años 447 y 438 a. C.

El Partenón domina la colina rocosa más elevada y fortificada de la acrópolis de Atenas, el distrito de orientación defensiva de las antiguas ciudades griegas. 

Es  una imponente joya arquitectónica de la cual sólo se conservan algunas partes. Las columnas de estilo dórico rodeaban el edificio que contenía la estatua de Palas Atenea, elaborada en marfil y oro, en el centro.  

El templo poseía frisos sobre relieve en la parte superior mediados por metopas entre los triglifos, y otras estatuas frontales. Todas retrataban escenas de guerras mitológicas y ceremoniales.

Vista área del Partenón.

Vista aérea actual del Partenón de la antigua Grecia.

Detalles técnicos de la investigación 

El uso de las técnicas antes apenas mencionadas develó que varias de las esculturas, que a simple vista parecían blancas, tenían impregnado un pigmento denominado azul egipcio. 

Aquel pigmento sintético ha sido considerado el más antiguo y empleado intermitentemente a lo largo de la historia.

Está compuesto por partes de silicato de cobre y calcio, y agregado de arena de cuarzo sometidos a altas temperaturas. El material se está descubriendo y aún no se conoce bien cómo fue creado.  

Se buscaron pruebas de policromía utilizando técnicas de imagen, incluida la luminiscencia inducida por luz visible mediante la cual el azul egipcio absorbe la radiación visible y emite una banda amplia e intensa en el rango infrarrojo.

Al observar la imagen en una escala de grises, el azul egipcio se ve en color blanco brillante, mientras que otros pigmentos aparecen en tonalidades del gris de claro a oscuro. 

Testeo con luminiscencia inducida por luz visible.

Testeo con luminiscencia inducida por luz visible. Crédito: Museo Británico.

Además se utilizaron técnicas de espectroscopía de reflectancia de fibra óptica, y la espectroscopia de fluorescencia de rayos X para la investigación no invasiva in situ de las esculturas.

Azul egipcio visible en figuras del frontón este del Partenón.

Azul egipcio visible en figuras del frontón este del Partenón. Crédito: Museo Británico.

Gracias a estas técnicas se pudo deducir que el azul egipcio se empleó para elementos que estaban relacionados con la naturaleza, incluidos en diseños figurativos hasta en elementos decorativos.

Un ejemplo de elemento decorativo es el lazo que rodea el torso de la diosa Iris (figura de abajo) pintado  en azul egipcio.

La flecha blanca muestra la ubicación de la muestra para los análisis por Giovanni Verri.

La flecha blanca muestra la ubicación de la muestra  para los análisis en el lazo de la diosa Iris. Fotografía en la investigación dirigida por Giovanni Verri. Crédito: Museo Británico.

Vale destacar que debido a que las esculturas fueron talladas con frente y espalda incluidas, pero algunas instaladas en el edificio de frente a quienes las miraban, la pintura azul egipcia que se encontró en el área que alguna vez estuvo unida a partes del edificio, conservaba la pintura original.

Y no, un añadido posterior. 

Una de las hipótesis de los investigadores es que debido a que era un palacio construido en honor a los dioses, ninguno de los dioses podría haber sido representado sino en su totalidad y en su máxima perfección.

Más allá de que después, a la vista de quienes las vieran, sólo se mostrasen en posición frontal. 

Parte de una figura que alguna vez estuviera unida al edificio del Partenón. En el área posterior se encontraron restos de colores.

Parte de una figura que alguna vez estuviera unida al edificio del Partenón. En el área posterior se encontraron restos de colores. Fotografía de Verri empleadas en la investigación.

Los usos del pigmento azul

Es importante recalcar que el azul egipcio no se colocaba de manera uniforme. Se generaban distintas tonalidades e incluso múltiples colores, si se mezclaba con otros pigmentos. 

En tal sentido se conoce que el marrón se utilizaba para el cuero, el gris para las armas y el púrpura para algunas telas, por lo que se cree que las esculturas del Partenón no fueron la excepción. 

Los investigadores también hicieron foco en el modo en que se realizaron  las esculturas y las diversas herramientas que utilizaron.

Observaron una distinción en los pulidos, con un tipo de acabado en las vestimentas y otro, por ejemplo, en los cuellos de las figuras. 

Notaron, en particular, las marcas del taladro utilizado para darle profundidad y textura a las túnicas.

Y concluyeron que para los artistas del siglo V a. C. no era lo mismo modelar un cuerpo que la textura de una tela. 

Fuentes
  • Museo Britanico:

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