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El riesgo de la basura espacial

Cualquier persona que mire al cielo en una noche despejada podrá ver pasar a alguno de los miles de satélites artificiales que orbitan la Tierra.

Desde el inicio de la era espacial en 1957, se han puesto en órbita 22 740 satélites. De ellos, 15 040 aún permanecen en el espacio, y de estos, un 18 por ciento está fuera de operación.

Los satélites que, al finalizar su misión permanecen en su órbita operativa, corren el riesgo de fragmentarse en nubes peligrosas de escombros que pueden continuar en órbita durante muchos años.

De acuerdo al Informe de la Agencia Espacial Europea sobre el entorno espacial 2025 se estima que el número de desechos espaciales mayores a un centímetro supera los 1,2 millones.

¿Y cuál es el riesgo? Bueno, los desechos espaciales giran alrededor de nuestro planeta a altísimas velocidades y en órbitas que se están saturando. Esto aumenta el riesgo de colisión y resulta en una amenaza para los satélites operativos.

La adhesión a las normas para mitigar los desechos espaciales ha mejorado con los años, aunque todavía no lo suficiente para detener su aumento. 

Incluso sin nuevos lanzamientos, el número de escombros espaciales seguiría creciendo, ya que los eventos de fragmentación añaden nuevos objetos de desecho más rápidamente de lo que los desechos pueden reingresar naturalmente en la atmósfera.

El problema de la gestión de los desechos espaciales es un desafío y una oportunidad para garantizar futuras misiones espaciales.